El compresor es, sin duda, el componente vital de cualquier sistema de refrigeración, el verdadero corazón de tu nevera. Este motor se encarga de circular el refrigerante por todo el sistema, permitiendo el ciclo de enfriamiento que conserva tus alimentos. Conocer su funcionamiento, los tipos de refrigerante que utiliza, sus averías más comunes y cómo diagnosticar un fallo puede ahorrarte tiempo y dinero.
No todos los compresores de nevera son iguales. La tecnología ha evolucionado buscando mayor eficiencia y menor impacto ambiental. A continuación, se detallan los tipos más comunes y los refrigerantes que suelen emplear:
A pesar de su robustez, los compresores no son infalibles. Ciertas averías son recurrentes y conocerlas puede ayudarte a identificar el problema:
Si sospechas que el compresor de tu nevera está fallando, puedes realizar algunas pruebas básicas con un multímetro para verificar su estado eléctrico. ¡Atención! Antes de realizar cualquier prueba, desconecta la nevera de la corriente eléctrica para evitar accidentes.
Estas pruebas eléctricas son un primer paso fundamental en el diagnóstico. Si el compresor pasa estas pruebas pero sigue sin funcionar, el problema podría residir en la placa de control de la nevera o en una avería mecánica interna del propio compresor. En estos casos, la intervención de un técnico cualificado es la opción más segura y recomendable.